miércoles, 21 de mayo de 2014

Quino recibe el premio Príncipe de Asturias

Redacción
BBC Mundo




El humorista gráfico argentino Joaquín Salvador Lavado, Quino, recibirá este año el Príncipe de Asturias de las Comunicaciones y las Humanidades por su labor artística.
El humorista gráfico argentino Joaquín Salvador Lavado, conocido como Quino, fue galardonado este miércoles con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.
El jurado del premio destacó que el humorista ha sabido combinar con sabiduría "la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento".
Quino fue seleccionado de entre 20 candidatos que optaban al galardón que ya ha sido concedido a varios otros artistas internacionales, políticos, personalidades y diarios de diferentes naciones.
La distinción al creador de "Mafalda" coincide con la celebración del 50 aniversario de la creación de su popular personaje, una niña precoz que cuestionó la política internacional, la economía y los problemas sociales.
Quino recibirá una escultura del artista Joan Miró y un premio en efectivo de US$68.000 dólares.

"Inteligente e irónica"

La leyenda sobre foto de la portada en la página de Facebook de la Fundación Príncipe de Asturias lo dice todo: "Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino. Premio Príncipe de Asturias a la Comunicación y Humanidades 2014”.
Atrás Quino, sonriente, como ha hecho sonreír al mundo.
Y a su lado, su personaje más popular: Mafalda (que este año cumple 50 años de su primera publicación), tal vez una de las razones por las que la Fundación Príncipe de Asturias –que entrega este premio desde 1981- decidió otorgarle el premio más importante de España.
Para los miembros del jurado ella es "inteligente, irónica, inconformista, contestataria y sensible", sueña con un mundo "más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos" y los "lúcidos mensajes" que Quino transmite a través de su personaje siguen "vigentes" cincuenta años después de su nacimiento
Pero a pesar de ser un padre responsable, Quino ha declarado en muchas ocasiones que él es más que el creador de Mafalda: es un dibujante de humor.
"Dibujo lo que he dibujado en estos 50 años: páginas de humor, chistes sueltos, porque cuando yo empecé con Mafalda llevaba ya once años publicando humor y, mientras hice Mafalda, jamás de dejé de hacer este tipo de páginas. Siempre lo he hecho”, le dijo Quino a BBC Mundo en una entrevista realizada algunos años atrás.
Y esa constancia, ha recibido un reconocimiento más este miércoles.


Mafalda se ha convertido en un ícono de la cultura latinoamericana, con sus temas humanos, que todavía tienen la misma vigencia de hace 50 años.

Los tiempos difíciles

Quino nació en la ciudad argentina de Guaymallén, ubicada a unos 1.000 kilómetros de la capital, Buenos Aires, el 17 de julio de 1932.
A los 15 años se trasladó a Mendoza para iniciar sus estudios de artes plásticas, pero al poco rato abandonó la escuela para irse a Buenos Aires a probar suerte en lo que siempre consideró su vocación: dibujante de historietas.
Pero no sería fácil. Su traslado a la capital sin apoyo financiero, lo pusieron en una situación difícil que solo resolvió hacia 1954 cuando vende su primera tira cómica. "Fue el día más feliz de mi vida”, recordó hace poco durante una entrevista.
Entonces comenzó a trabajar en distintos medios. Y también lo hizo para algunos locales comerciales, que utilizan sus dibujos para ilustrar sus anuncios publicitarios.
Durante diez años, Quino vivió de dibujar, pero en el anonimato. Solo reconocido por sus colegas y algunos amigos. Hasta que llegó 1963 y una propuesta que no era muy diferente a otras había hecho antes, pero que le cambiaría la vida: Mansfield electrodomésticos.

Llega Mafalda


La publicidad para Mansfield -que servirá para inspirar el nombre de la niña- no se concretó, pero la idea quedó allí: una niña, una familia. En 1964, el director del semanario -ya desaparecido- Primera Plana, Julián Delgado, le pide una tira cómica "que tuviera algo de 'Penauts' (la famosa tira cómica creada por Charles Schulz).
"A diferencia de 'Penauts', me dijeron que debía tener adultos. Así que me compré todos los libros que habían en Buenos Aires sobre esta tira cómica y estuve observando que era lo que Schulz le había aportado de nuevo", recordó en el diálogo con BBC Mundo.
De inmediato Mafalda se convirtió en un éxito. Las preocupaciones adultas de una niña, su visión del mundo actual, su acidez frente a temas como la desigualdad, la violencia, la pobreza y la paz se convierte en un referente.
Y junto a ella, sus amigos inolvidables: Felipe, Susanita, Manolito, Miguelito, Libertad y su incontestable hermano menor, Guille.
"Creo que se volvió universal porque la temática es común a todos los grupos familiares humanos, estén en China o en Finlandia", anotó.

Obrero del dibujo

Durante diez años, Quino se sometió al rigor de varias tiras semanales con el personaje que lo haría famoso para siempre. Sin embargo, debido a la complejidad de los temas y los múltiples personajes, terminan agotando su capacidad creativa.
"No podía continuar dibujándola. Muchas veces tenía que calcarla. Además se me acabaron las ideas. No podía seguir adelante", confesó Quino sobre la decisión de acabar con su creación más popular.
El 25 de junio de 1973, la niña se despide al lado de sus amigos. "Dice el director que podemos darle un descanso a los lectores..." se lee en la viñeta que apareció en el semanario Siete Días Ilustrados.
Quino se dedicó entonces a historias más alegóricas, con ingual crítica social, pero mucho más adultas que publica en diarios alrededor del mundo. Algo así como si Mafalda se hubiera crecido y eso sería lo que compartiría.
"Lo que diría Mafalda hoy en día sería lo mismo que estoy diciendo en mis páginas de humor. Porque yo en realidad nunca hice diferencia entre mis tiras y Mafalda. Para mí es la misma cosa".
Desde entonces, mientras Mafalda se traducía a múltiples idiomas y hasta se hacían películas con ella, Quino publicaba libros donde criticaba la vanidad, la codicia, la soberbia del poder y la extrema desigualdad de nuestros países.

El retiro y los homenajes

Sin embargo, el tiempo fue haciendo mella y hace poco, al cumplir los 81 años, anunció que ya se le dificultaba cualquier actividad artística. "Quiero seguir dibujando, pero mis ojos no me dan más", afirmó a la agencia EFE en una entrevista en noviembre del año pasado.
Pero el tiempo también le ha traído reconocimientos. Además del Príncipe de Asturias, el pasado 22 de marzo, durante la feria del libro de París, fue condecorado con la Legión de Honor del gobierno francés.
"Creo que lo he dicho todo. Al menos lo que quisiera haber dicho y eso me deja tranquilo. Aunque la guerra sigue sucediendo en alguna parte del mundo", anotó.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario