domingo, 23 de noviembre de 2014

Mono: una editorial online para los más chicos

Cada semana ofrece un nuevo título infantil de forma gratuita y accesible para los lectores, y más rentable para los autores



Mono es una editorial digital para niños surgida de una iniciativa de Andrés Garín que ofrece cada miércoles un nuevo libro de forma gratuita, que puede ser leído online, descargado o compartido.

Garín optó por el formato digital tras varias experiencias en el mundo editorial, donde sus proyectos literarios para adultos fueron rechazados, no por falta de interés, sino por el elevado costo que representaban para las editoriales y por la baja rentabilidad. “Me recomendaban que recurriera a los fondos concursables, tanto por mi cuenta como con el apoyo de las editoriales, porque ellos solos no lo podían costear”, explicó Garín a El Observador.
Para este proyecto, Garín cuenta con la colaboración de Matías González, encargado del diseño web de Mono, y del ilustrador Juan Purstcher, con quien aseguró se entienden muy bien. El escritor conoció a Purstcher en un proyecto previo sobre caricaturas políticas, que abandonaron por la alta demanda de tiempo y porque se trataba de temas delicados.
Con respecto a su tarea, Purstcher contó que en un principio trabajaban con bocetos diseñados por Garín que él luego ajustaba.  “Pero en un momento no le di más bola, a Andrés le gustó y ahora solo me manda el texto y yo diseño sobre eso”, expresó Purstcher.
La primera publicación de Mono fue Cara de tomate, que parte de una experiencia de Garín. “Me invitaron del jardín de infantes de mi hija a realizar una actividad, y me  sentí en la obligación de escribirles algo, que acabó siendo Cara de tomate. Un compañero de mi hija que tiene confianza conmigo me dijo una vez “cara de tomate”, y así empezamos un juego de decirnos cara de… cada vez que nos veíamos. Eso fue lo que decidí llevar al libro”, dijo el autor.
El segundo libro fue Dany, el cabezudo, que también parte de una situación vivida por Garín. “Participé un año de un desfile de carnaval con la murga La Mojigata, vestido de cabezudo. Eso después lo publiqué como una crónica en El Observador, y ahora decidí adaptarlo a libro”.
Sin embargo, no todas las historias que se publicarán en la web de Mono serán basadas en experiencias reales: “Una de las próximas historias, La ciudad de todos los colores del mundo, es absolutamente de fantasía. Va a ser más variado a partir de ahora. Las primeras fueron con temas que pensamos que a la gente le iban a gustar, y más conocidos”, expresó Garín.
El diseño también cambia libro a libro. Purstcher dijo que al ser el único ilustrador de la serie, intenta variar los diseños para: “Que no parezca yo, para aparentar que somos varios ilustradores”. El dibujante contó que busca adaptar la estética para que sea acorde al público objetivo, que dependiendo del texto tendrá una determinada edad, ya que Mono ofrece libros para tres segmentos: de 3 a 6 años, de 7 a 9 y de 10 a 12.
Garín dijo que “prueba” los libros tanto con su hija de 5 años como con otros niños, aunque su intención es que el proceso creativo tenga “encanto”. Garín se mostró contento y sorprendido con el hecho de que varios profesionales como psiquiatras, psicólogos pedagógicos y maestras hayan usado sus textos para su trabajo en clase o con pacientes.
Garín aseguró que su único objetivo es “divertir”, pero que si luego los libros tienen una finalidad educativa, es un plus. De hecho, reconoció que han recibido sugerencias por parte de maestras que les indicaron que utilizaran una tipografía en mayúscula ya que es más comprensible para los niños que están aprendiendo a leer.
Según Garín, si este mismo trabajo fuera realizado para su publicación editorial, los involucrados recibirían apenas 12% de las ganancias, un monto muy bajo en comparación con el tiempo que insume. Además, afirmó que: “En 15 días llegamos a más gente que con un libro editado, lo que muestra que no vamos por mal camino”. La accesibilidad a tablets, celulares o computadoras facilitan la llegada al público, consideró el autor, quien de todas formas destacó que no rechaza los libros escritos, pero que en el contexto actual la opción digital resulta más viable.
Actualmente Mono no recibe apoyo económico de ningún tipo, algo que de momento no preocupa a sus responsables, que han decidido esperar algunos meses para ver cómo evoluciona el sitio. En breve incorporarán un blog para que los lectores puedan intercambiar mensajes y dibujos (de hecho, durante el mes de enero el logo de la editorial será seleccionado de los diseños que envíe el público), así como una agenda de actividades para niños. 
Otra de las nuevas iniciativas será la realización de cuentos cantados, que mantendrán el formato pero que incluirán música de fondo. Esta iniciativa es de Matías González, quien es músico. “Eso es parte de la innovación que permite la web”, concluyó Garín.

http://www.elobservador.com.uy/noticia/292675

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