domingo, 31 de mayo de 2015

Qué será de nuestro cuerpo alado

¿El Águila de Villa Argentina está en peligro de derrumbarse? Vecinos de la zona se organizan para pensar formas de mantener la particular construcción, visitada por tres mil turistas a la semana. Alberto Lastreto, descendiente de sus creadores, reclamó “mayor voluntad política” para asegurar el futuro de la atracción.



Vecinos de Atlántida y Villa Argentina advierten sobre el deterioro de "El Águila" enclavado en la costa del balneario de la Costa de Oro. Desde la ong creada para cuidar la construcción reclaman mayor involucramiento del gobierno nacional para evitar un proceso que, consideran, podría llegar hasta el derrumbe del monumento.

Construida por el arquitecto Juan Torres en 1945, El Águila fue conocida en su origen como "La quimera", dado que - como la criatura mitológica - era una combinación de dos animales: cabeza de águila y cuerpo de delfín. La obra fue encomendada por el millonario italiano Natalio Michelizzi para utilizarla como lugar de encuentro y descanso con su compañera sentimental Marcela Benincampi de Lastreto.
Si bien ambos residían en el amplio terreno donde se construyó el águila, el hecho de que ambos hubieran llegado desde Argentina dejando a sus respectivas parejas para vivir su amor desataba habladurías en el balneario. El refugio, entonces, era más que necesario.
Un informe del arquitecto Walter González López, integrante de la ong El Águilla, da cuenta del proceso de deterioro de la construcción señalando que "el propio desarrollo urbanístico de la zona afectó de forma lapidaria el delicado equilibrio costero y el movimiento de arenas hacia los arroyos cercanos y su devolución al mar".
Según el arquitecto, "la edificación de construcciones, caminerías y demás servicios, interrumpió este equilibrio y cada temporal daba cuenta de grandes cantidades de arena que luego no serían devueltas en su lugar original". La situación se agravó más "con permisos otorgados por autoridades públicas para que empresas privadas retiraran arena en las proximidades de Piedra Lisa", agrega el estudio. Producto de este fenómeno, consigna, las playas de Atlántida y Villa Argentina perdieron unos 200 metros de arena
Finalmente, en julio de 1982, una tormenta destrozó la proa y dejó aislada la cabeza del águila.
"Había una falsa idea de que él águila estaba abandonada y eso ha sido muy difícil de cambiar en la cabeza de la gente", explicó a Montevideo Portal Alberto Lastreto, vocero de la ong El Águila y nieto de Marcela Benincampi. Lo que sucedió, cuenta, fue que hasta mediados de los ochenta la construcción estuvo dentro de un terreno privado, lo que hacía casi imposible acceder a él.
Una vez que el terreno se vendió y loteó, El Águila quedó accesible para todos los vecinos y terminó de convertirse en un atractivo turístico de la Costa de Oro. Sin embargo, las cerca de tres mil visitas que recibe por semana también atentaron contra su infraestructura.
"El Águila no está en peligro de caerse... si la cuidamos", dice Lastreto, aclarando que si bien no hay un peligro inminente de perder la construcción, es necesario que se tomen medidas para evitar que se profundicen las roturas.
El informe de González López, elaborado en diciembre de 2014, aclara que El Águila no presenta "grandes signos de deterioror estructural" aunque sí "innumerable cantidad de fisuras", especialmente en el pico, el lugar favorito de los visitantes. El arquitecto observó que en casi toda la obra "fueron efectuadas tareas de mantenimiento de factura regular que no condicen con el nivel de ejecución de la mayoría de los trabajos originales".
En efecto, para Lastreto la buena voluntad de reparar El Águila en el pasado no fue suficiente, dado que no se respetó la forma de construcción original. La ong que lleva el nombre de la construcción se formó hace tres años con el objetivo de aportar información para garantizar que las refacciones respeten el diseño original. "La ong ha formado un grupo que está atento a eso, están las historias y las entrevistas con el constructor Juan Torres, ya fallecido", comentó Lastreto, asegurando que "si se trata de restaurar tenemos todos los elementos y sabemos cómo hacerlo".
En forma paralela, la ong se preocupó de intentar concientizar a los vecinos sobre la necesidad de cuidar el monumento. "Hace dos años venían con motos y cuatriciclos, subían por el lomo hasta la cabeza y bajaban. Eso retumba y provoca que la capa que imita el plumaje se vaya desprendiendo", recuerda Lastreto.
En los últimos años, los vecinos acordaron colocar macetas y un cerramiento para evitar que los vehículos se acerquen al águila.
Recursos y "voluntad política"
En la ong hay "varias ideas" sobre el futuro de El Águila: desde restaurarlo a su forma original y volver a construir la proa destruida hasta convertirlo en un centro cultural para toda la Costa de Oro. Para esto último, Lastreto imagina la construcción de una "platea exterior" donde los visitantes puedan disfrutar espectáculos artísticos.
"Pero todo eso cuesta mucho dinero", advierte el vocero de la ong. Si bien la Intendencia de Canelones, el Municipio de Atlántida e incluso del Ministerio de Turismo - que tiene un guía permanente dentro de El Águila - han aportado, desde la ong consideran que se necesita "una voluntad política" por parte del gobierno nacional.
"Durante el gobierno anterior se habló de formar una comisión tripartita con los vecinos, la Intendencia de Canelones y el Municipio de Atlántida", recordó Lastreto, conciente de que ahora "cambian las autoridades" y es necesario retomar las gestiones.
Como descendiente de los primeros propietarios de El Águila, Lastreto dice sentir "un poco de vergüenza" de "que no podamos tener la imaginación que tuvo Michelizzi y podamos pensar en algo para todos".
"Me da pánico que lo que quede es un cabezudo colgado en el medio de un abismo. Eso no es lo que hizo mi familia", complementa Lastreto, agregando que "en su momento fue algo muy privado de esa pareja pero ahora debe ser algo muy público, que disfruten todos los vecinos".
La campaña de la ong fue apoyada también por Casas en el Este, una empresa del sector turístico que dio difusión a la situación a través de su  blog.


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