domingo, 29 de noviembre de 2015

Silvio Rodríguez, el maestro indiscutible de la trova

Soy ciudadano del amor
Silvio Rodríguez



Hoy es el cumpleaños número 69 de Silvio Rodríguez (nació en 1946). Uno de los artistas más grandes que dio Cuba el siglo pasado. Un poeta incansable. Con triunfos musicales, artísticos, intelectuales y hasta morales que son bien conocidos por la gente. El cariño que le da el pueblo cubano, latinoamericano y mundial es visible. Sus hazañas han marcado generaciones de jóvenes, adultos y ancianos que seguramente transmitirán por mucho tiempo esta herencia de arte y libertad. A mí me lo enseñó mi madre y yo se lo enseñaré a mis hijos. Su música ha trascendido continentes, incluso países en conflicto y quizá lo mejor es que ha reparado innumerables corazones.

Sus canciones siempre tienen insertas la dosis de sentimiento trascendente suficiente para estremecernos. Alguna vez adjudicó su inspiración a un niño que vivía dentro de él. Las aspiraciones de su lírica frecuentemente se insertan en tiernas melodías, para ofrecer combinaciones sublimes. Por otro lado, Silvio eleva el erotismo a sus instancias más esenciales, más artísticas; cómo no recordar el himno latinoamericano que ya es Ojalá, la canción por excelencia del amor y de la nostalgia.

Una parte también muy conocida de Silvio ha sido su acción política. Su compromiso poético y político por el entorno que vivió. Sus viajes a la selva para consolar a los guerrilleros de aquella recordada Playa Girón y de aquella atormentada Latinoamérica son una pequeña muestra de la búsqueda de este hombre por la paz. Del intento de la reconciliación de la música con la justicia de los pueblos. Este compromiso se ha mantenido firme incluso ahora, pues en medio de una y otra crisis económica, el de San Antonio de Los Baños ha recorrido los barrios más pobres de su país para ofrecer conciertos gratuitos para los que menos tienen (y quizá más le quieren). Silvio es un artista comprometido con su momento histórico y por ello sus canciones han cambiado el mundo, y nos ayudan a tratar de mejorarlo.

Los shows que ofreció últimamente lo muestran renovado, distante del cansancio y de la vejez.  Ahora mismo tiene su "Gira Interminable", inmejorable nombre. Su esposa Niurka, la bella flautista, siempre a su lado, es el complemento perfecto para su vida y su música. Se le ve bien a Silvio y qué bueno, porque nos hace bien. 
¿Qué más podemos decir de Silvio? Maestro indiscutible. Darle las gracias, y nada más.


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